La carrera en sí, durita, la subida al monte que corona Tarifa hacia Algeciras era dificil, pero una vez arriba te entran ganas de pararte a ver el Estrecho, El Atlas, Tanger, y el Atlantico que abre alli sus puertas. De impresión. Comienza allí una bajada que, si no te andas con ojo puedes terminar en batacazo. Yo llevé zapatillas de trail, y acerté ya que había un poco de barro y se baja por un sendero dificil, en especial para los patosos como yo.
No forcé ni lo más mínimo, el lunes antes la rodilla me dio un susto y tenía miedo, pero Alvaro Diaz de Grupo Fisio, el fisio al que estoy yendo ahora, me dio una sesión y me garantizó que correría sin problemas. Y así fue, lo único que sentí fue miedo de que me doliera, pero fue a la perfección, así que menos que agradecerselo.
Raul hizo una carrera perfecta, aunque él iba tocado de gemelos... si aquí el que no le duele una cosa le duele otra, o varias...
El ambiente de la ciudad era muy agradable cuando entramos en el casco urbano, mucha gente animando, día soleado, en fin, ¿qué más pedir para una carrera? ¿llegar el primero? para muchos el poder correr y terminar ya es una gran victoria.
Lastima que no tengo foto con Raúl. Luego para acabar, se celebraba la ruta del Ibérico, donde3 recuperamos las calorias perdidas, y alguna más.
HASTA LA PRÓXIMA
Un saludo a mi amigo Carlos A., cuyos padres también corrieron, y mucho.
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