UN BUEN DÍA

El domingo 9 me tocaba hacer unas 8 series de subida. Había elegido la pista de Las Corzas porque estos días de agosto piden a gritos algo de sombra y viento, y allí el calor suele ser menor. Incluso me levante a las 06.30 ya que el último domingo que estuve allí sude en exceso. Ya, este vez anterior, había marcado con un par de piedras el kilómetro exacto que medí con el coche antes de hacer las series, y este último salí confiado en que mis referencias estarían allí, pero no, eché a correr y la marca no llegaba. Según el cronometro (tardo unos 8.30, porque la subida es dura) no debería estar muy lejos, pero no, no estaba. No sé si a alguien le molestaban muchos un par de piedras, una encima de otra, o se cayeron solas, pero en cualquier caso improvise.
Me encontaba fenomenal, y en vez de parar para las series, corrí y corrí cuesta arriba. Superé la zona más alta y seguí un tramo hasta completar la hora, y sólo entonces, tras un minuto de descanso andando, emprendí la vuelta.
Lo que se dice un día genial, pletórico. Me cruce con unos ciclistas que me saludaron efusivos por mi nombre, pero con el casco y las gafas no tuve tiempo de reconocerles.
Había niebla y algo de viento de levante, pero a veces, entre los jirones de nube, entre los árboles, se percibía el azul del cielo iluminado por el sol que levantaba por encima de Gibraltar. Apagué el Mp3 para que nada me distrajera del maravilloso espectaculo de esa mañana en la montaña y disfruté, me repito, de un día genial.