LAS PEQUEÑAS GRANDES COSAS

Este miércoles 8 tenía que estar a mediodía en Sevilla por razones de trabajo, pero me pude apañar una hora, de madrugada, para correr. Salí temprano, casi a oscuras, con un poco de lluvia y algo de aire, pero con una temperatura agradable. Poco a poco amanecía, y coincidió la salida del sol, tras el Peñón de Gibraltar, con un enorme claro que se abrió en el cielo dejando una mañana esplendida para una carrera.
Cada vez me preocupo más de aprovechar los regalos que nos da la vida, y que muchas veces deja uno pasar, ya que las prisas, los problemas, y la rutina nos pone orejeras como a las mulas o burros de la noria.
Esa mañana disfrute de mi carrera, de la lluvia, de la playa con marea baja y del amanecer. Llevaba en el “Mp3” una mezcla de discos, pero sólo voy a citar “Diego Modena & Jean-Philippe Audin - Scent - Ocarina III”. La Ocarina es un instrumento un tanto rudimentario y carente de la sofisticación de otros, y destaca en este disco el contraste con la música de sintetizadores con un “deje” electrónico.
Habrá otras mañanas buenas y muchas malas, días de calor y de frio; pero esta, ya, no me la quita nadie. No tengo ni idea de las pulsaciones que tuve, ni de la velocidad, ni de la distancia, eso lo dejo para mañana.